Conoce a los indígenas arhuacos en La Sierra Nevada de Santa Marta.
La Sierra Nevada de Santa Marta es un territorio sagrado para 4 comunidades indígenas descendientes de los indígenas Tayrona.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, siguen manteniendo sus tradiciones gracias a que han podido permanecer en resguardos para vivir su cultura plenamente.
En enero del 2023 tuve la oportunidad de visitar el resguardo Nabakú de. la comunidad arhuaca y aquí les comparto mi experiencia.
Nabaku, un resguardo arhuaco
Para llegar a Nabaku primero debimos viajar de Bucaramanga, mi ciudad, a Valledupar. El viaje fue una odisea, un camino que suele ser de 7 – 8 horas por carretera nacional, fue de 12 horas y como ya era tarde, dormimos cerca de Becerril, un municipio a 2 horas de Valledupar. El viaje estuvo muy pesado, no sé por qué, pero en dos puntos del camino, tuvimos que esperar más de dos horas con los carros estacionados para tener paso. Como ya estábamos cansados, la carretera estaba un poco sola, y la situación de seguridad en la zona no es la mejor en este momento, decidimos pasar la noche y seguir temprano en la mañana.
Al otro día salimos para Valledupar, recorrimos la ciudad, terminamos de organizar los paquetes con útiles escolares que íbamos a entregar a los niños. Puede que no lo sepas, pero en diciembre del 2022 hicimos una campaña mundial para recaudar fondos y así llevar útiles escolares a los niños arhuacos. Hablamos con Cancillería de Colombia y junto a otros amigos que viven en Valledupar, gestionamos todo para cumplir con la misión. El 20% del total de las ventas de Español con María en ese periodo, lo dedicamos a comprar útiles escolares. También recibimos aporte de personas directamente para la campaña, ya sea con dinero o con compras.
¿Cómo es vivir en un resguardo indígena?
En Nabaku, el resguardo arhuaco que visitamos, las personas viven inmersas en la naturaleza. Hay unas casitas hechas de barro, con palos como de guadua y con techos de paja. Había otras casitas de cemento con tejas de zinc.
Este resguardo está ubicado en medio de las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en una altitud superior a los 1200 metros sobre el nivel del mar.
El líder de la comunidad es el Mamo. En las comunidades indígenas de los descendientes de los indígenas Tayrona, los wiwas, los kogui, los kankuamos y los arhuacos; son los mamos quienes buscan el equilibrio espiritual de la comunidad y se encargan de guiarlos.
Los hombres arhuacos, usan un sombrero tejido que representa los picos nevados de la Sierra. Los hombres kogui también tienen su sombrero blanco, pero ellos tienen un diseño más puntiagudo.
El traje tradicional es blanco, tanto para hombres como para mujeres. Las mujeres no llevan sombrero y sí llevan collares.
En la foto del Mamo Feliz, se ve que él tiene unas manillas de hijo con pepitas negras. Él me dijo que cada una representa “un trabajo” espiritual que ha hecho y que las tiene para protección.
En el resguardo hay unos templos ceremoniales, uno es para hombres, otro para mujeres y otro es mixto.
En cuanto a los oficios, los hombres se dedican principalmente a actividades agrícolas como el pastoreo, ganadería, cultivo de yuca y similares. Las mujeres se encargan del cuidado dela familia y de tejidos, haciendo así las mochilas, hamacas, manillas y similares.
Hay diferentes tipos de mochilas, las usan hombres y mujeres, niños y adultos.
Los hombres suelen tener hojas de coca en su mochila, pues ellos las usan para masticarlas y tener energía. También es común verlos con su poporo, un calabazo en el que guardan un polvillo blanco que combina hojas de coca y conchas de mar.
Las mujeres suelen ser madres muy jóvenes y eso hace que no continúen sus estudios académicos con facilidad. Es común ver que las muejres cuelgan en sus cabezas unos soportes para llevar a sus bebés.
En estos resguardos no suele haber electricidad, alcantarillado, conexión a internet ni mucho menos gas.
La mayoría se transporta a pie o en burros, caballos y mulas. Algunos tienen motocicletas y las usan para bajar al pueblo.
Haber compartido un día en el resguardo indígena arhuaco fue una experiencia emocionante y enriquecedora para mí.